12 agosto
2016, Rebelión http://www.rebelion.org (Mexico)
Monitor de
Oriente
Independientemente
de su tamaño relativo, o incluso su destino en un futuro acuerdo de paz, los
asentamientos de Israel en Cisjordania, en la actualidad, constituyen una grave
y sistemática violación del derecho internacional y los derechos humanos. Son
parte fundamental de un sistema de apartheid.
El gobierno israelí y sus partidarios rutinariamente minimizan la
importancia de los asentamientos en Cisjordania como obstáculo para la paz con
los palestinos. Un ejemplo reciente de esto vino de un portavoz de la Agencia
Judía, que
tuiteó: “Las comunidades judías en Cisjordania ocupan menos del 2% de la
tierra; es decir, más del 98% de Cisjordania no contiene residentes judíos en
absoluto”.
¿Es esto cierto? ¿Exactamente qué parte del territorio palestino ocupado
(TPO) ocupan los asentamientos de Israel?
1. Lo que omite la
cifra del 2%.
Los que citan la cifra del 2% rara vez aclaran que esto se refiere
únicamente a la zona urbanizada de
los asentamientos. Como se describe en un informe de Human Rights Watch a principios de este
año, mientras que “el núcleo de población de los asentamientos residenciales
cubre 6.000 hectáreas”, también hay “aproximadamente 20 zonas industriales
administradas por Israel en Cisjordania que cubren aproximadamente 1.365
hectáreas. Los colonos israelíes supervisan además el cultivo de 9.300 hectáreas
de tierras agrícolas”.
2. Las autoridades
locales de los asentamientos.
La cifra del 2 por ciento también oscurece una realidad tal vez más
significativa: 23
autoridades locales judías operan en Cisjordania. “Tres municipios, catorce ayuntamientos y seis
consejos regionales”, de acuerdo con un informe de 2009 de las Naciones Unidas
(www.ochaopt.org/sites/default/files/special_focus_area_c_demolitions_december_2009.pdf), el 39% de
Cisjordania está bajo la jurisdicción de dichas autoridades. Israel se ha
“negado sistemáticamente a destinar esas tierras para el uso de los
palestinos”.
A modo de ejemplo, el informe describe como “casi la totalidad de la
zona del Valle del Jordán y del Mar Muerto cae bajo la jurisdicción de dos
Consejos Regionales de colonos, la implicación práctica de los cuales es que en
casi la totalidad d el Valle del Jordán se prohibe la construcción palestina”.
La ONG israelí B’Tselem, por su parte, que describe cómo se bloquea el
uso de la tierra a los palestinos en la Zona C (en torno al 60% de
Cisjordania), afirma que
los asentamientos y sus consejos regionales constituyen el 36,6% de toda Cisjordania
en su conjunto.
Por otra parte, “las áreas de competencia de las autoridades locales
judías, la mayoría de las cuales se extienden mucho más allá de la zona
urbanizada, se
definen como zonas militares cerradas [..] y los
palestinos no pueden entrar en estas áreas sin la autorización de los militares
israelíes.”
3. Un poco de tierra que lleva un largo camino.
3. Un poco de tierra que lleva un largo camino.
La cantidad de tierra ocupada por los asentamientos -así como su
infraestructura de acompañamiento- no es sólo una cuestión de hectáreas; es
posible colonizar los recursos naturales clave, controlar y fragmentar el
territorio ocupado.
Como ha
explicado Neve Gordon, cuando nos fijamos en el mapa, se puede “apreciar cómo
incluso un pequeño porcentaje de las tierras confiscadas se puede utilizar para
cortar Cisjordania en varias partes”. Por ejemplo, “mientras que el área de
jurisdicción de Ma’ale Adumim ocupa sólo un 0,8 por ciento de Cisjordania, no
obstante, tiene éxito al dividir el territorio de la corte de la Ribera
Occidental en dos partes que están casi completamente separadas”.
4. Todos los
asentamientos son ilegales según el derecho internacional.
Hay, por supuesto, un punto fundamental perdido en un debate sobre
porcentajes. Todos y cada uno de los más de 200 asentamientos israelíes en los
TPO -algunos ‘oficiales’, otros ‘no oficiales’- son ilegales según el derecho
internacional. Esta es una opinión compartida por, entre otros, las Naciones
Unidas (incluyendo ambas resoluciones del Consejo de Seguridad y la Asamblea
General), y la Corte Internacional de Justicia.
El propio gobierno de Israel recibió asesoramiento legal en 1967 indicando
que las colonias civiles de los TPO serían una violación de la Cuarta
Convención de Ginebra -pero no obstante, procedió a su construcción-. Y cada
primer ministro israelí desde entonces ha mantenido, consolidado y ampliado
estos asentamientos ilegales.
5. Los asentamientos
son intrínsecamente discriminatorios.
Las colonias de Israel no son sólo una violación del derecho
internacional; suponen el corazón de un régimen de segregación y desigualdad
legalizado. En palabras de Amnistía Internacional, la política de
asentamientos es “intrínsecamente discriminatoria” y “perpetua violaciones
contra los palestinos”, tales como “suprimir sus derechos a una vivienda
adecuada, agua y medios de vida”.
Esta es una realidad diaria largamente atestiguada por los palestinos,
así como por grupos israelíes, diplomáticos y organizaciones no gubernamentales
internacionales de derechos humanos. Por lo tanto, independientemente de su
tamaño relativo, o incluso su destino en un futuro acuerdo de paz, los
asentamientos de Israel en Cisjordania, en la actualidad, constituyen una grave
y sistemática violación del derecho internacional y los derechos humanos. Son
parte fundamental de un sistema de apartheid. (www2.ohchr.org/english/bodies/cerd/docs/CERD.C.ISR.CO.14-16.pdf)
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