domingo, 7 de agosto de 2011

LOS COLONOS Y EL GASTO MILITAR, EN EL PUNTO DE MIRA DE LOS ACAMPADOS ISRAELÍES

4 Agosto 2011, Alternative Information Center (AIC) המרכז לאינפורמציה אלטרנטיבית
http://www.alternativenews.org (Israel)

Francesc Cabré Sánchez

Lo que empezó como una protesta contra el precio de la vivienda, ya cuestiona el modelo económico del gobierno de Netanyahu y sus planes urbanísticos en los asentamientos. Los manifestantes olvidan, de momento, la ocupación de Palestina.

Las crecientes protestas sociales que se han extendido por todo Israel han descolocado al primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu. En un primer momento, el político derechista intentó parar el movimiento que surgió en Tel Aviv el 14 de julio –para denunciar el encarecimiento de la vida en Israel y, especialmente, del precio de la vivienda- con una serie de medidas que no han convencido a los acampados. Viendo que las protestas aumentaban, el también líder del Likud ha anunciado que una comisión del gobierno estudiará a fondo el problema para buscar soluciones, pero Bibi se ha negado a reunirse con los líderes del movimiento y ya ha entrado en la fase de las descalificaciones, asegurando que los acampados están siendo instrumentalizados por los partidos de la oposición y que sólo buscan hacerle caer.

La protesta ha ido ganando apoyos y progresivamente está empezando a cuestionar el modelo económico ultraliberal que rige en Israel y, esto es más novedoso, la enorme cantidad de recursos públicos que se dedican a Defensa. Netanyahu y compañía son unos firmes defensores del libre mercado, pero olvidan que sus políticas están provocando que la distancia entre ricos y pobres sea cada vez mayor y que Israel se esté convirtiendo en el país desarrollado con mayores diferencias sociales.

Ehud es un joven maestro de 27 años acampado en el bulevard Rotschild de Tel Aviv y confiesa que con su salario de unos 5.000 shekels mensuales no podría llegar a final de mes si no fuera por la ayuda de sus padres. "Tenemos que cambiar el sistema económico y dejar de querer parecernos a los Estados Unidos. Tendríamos que copiar el modelo del norte de Europa, pagando más impuestos si cabe pero recibiendo mejores servicios públicos", apunta Ehud, quien añade que no se cree al primer ministro "porque siempre miente" y sólo "se preocupa por los ricos y los colonos".

Críticas a los colonos
Cerca del maestro, también está acampado Yuri Bassons, un hombre divorciado de unos 40 años, que también apuesta por copiar el modelo escandinavo y huir del sistema actual, que beneficia a las grandes empresas y a los millonarios, pero que también destruye la clase media israelí. Yuri comenta que los planes urbanísticos de los últimos años sólo han servido para construir "edificios de lujo, que casi nadie puede comprar, o viviendas para colonos o ultraortodoxos". En este sentido, critica el poder que partidos religiosos, como el Shas, tienen en la coalición de gobierno que comanda Netanyahu.

A pesar de que de momento la ocupación de Palestina y sus costes para el erario público no se están cuestionando, los colonos sí que están en el punto de mira de los manifestantes. En este sentido, varios intelectuales progresistas han subrayado que mientras los habitantes de Tel Aviv u otras ciudades dentro de las fronteras reconocidas del estado de Israel no pueden comprar ni alquilar una vivienda a un precio asequible, en los asentamientos –que violan la ley internacional- en territorio palestino los colonos reciben casas altamente subvencionadas, a pesar de que su presencia allí también dispara los gastos militares hebreos.

Las peticiones para rebajar el gasto militar israelí ya han recibido duras críticas por parte de los máximos responsables del ejército, que han alertado que si se llevara a cabo se pondría en peligro la seguridad del estado. Con todo, parece claro que cada vez hay más ciudadanos que ya no aceptan los recortes sociales mientras el gasto militar crece año tras año y su calidad de vida empeora sin parar. A pesar de que las referencias a la Primavera Árabe son constantes en el campamento de Tel Aviv, pocos creen que Israel esté viviendo una revolución. En todo caso, como comenta Yuri Bassons se está produciendo una "llamada de auxilio" que, poco a poco, está provocando que más personas se cuestionen la política económica del gobierno, los gastos militares y los beneficios de los colonos. Y todo esto, molesta y mucho a Netanyahu.

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